Para llegar al centro de Nueva York hay varios medios de transporte que te llevan desde el aeropuerto. El principal es el JFK, que se encuentra a 24 kilómetros al sureste de Manhattan, en Queens. Para dirigirte a la ciudad, hay varias opciones: el metro, el autobús o el coche.
Metro
Es la opción más económica y no es demasiado complicado de utilizar. Aunque ten en cuenta que, si vas demasiado cargado, no es la más recomendable porque tendrás que subir y bajar escaleras en estaciones que no suelen tener ascensores ni escaleras mecánicas, además de ir algo más apretado en el vagón. Cuando salgas de la terminal dirígete al AirTrain (está muy bien señalizado), un tren ligero que conecta las distintas terminales del aeropuerto con el Subway. La espera no es larga, porque pasan con bastante frecuencia. Tendrás que ir en dirección a la línea A del metro en Howard Beach o la E, J y Z en Jamaica, dependiendo a la parte de la ciudad a la que te dirijas (norte o sur). La tarifa es de 8,25$, más el billete del suburbano de 2,90$.
Coche
Es una buena alternativa, y no es muy caro. Hay servicios de limusina (no te asustes, se llaman así aunque no es el típico vehículo lujoso de las películas) que ofrecen transporte a la ciudad a un precio módico. Son bastante amplios y se pueden convertir en la mejor opción si sois un grupo grande. Por otra parte, muchas compañías de alquiler de coches cuentan con teléfonos en las zonas de recogida de equipaje, aunque es mejor reservarlo con antelación. También puedes pedir un Uber a través de su app.
Los taxis (esos famosos vehículos amarillos) aguardan en el exterior de las terminales (un trayecto hasta Manhattan cuesta unos 45$).
Autobús
La línea A transporta pasajeros desde el aeropuerto JFK y efectúa paradas en Grand Central, Penn Station y Port Authority. Cuesta 15$.