Rafa Vega
Como a cualquier participante, para Alessandra Aguilar la Maratón de Nueva York la dejó impactada. Ella lo hizo, incluso, con premio. Porque en 2011 estableció el mejor registro de una española con 2h33’08’’. La gallega acabó en el puesto 14º. Y eso que, como ella misma reconoció, la carrera se le hizo un poco larga porque en la segunda mitad hizo 5 minutos más que en la primera. Pinchó a partir del kilómetro 30, pese a que su intención era llegar fuerte al final en la octava maratón que corrió. La primera corredora en levantar los brazos en la meta de Central Park fue la etíope Firehiwot Dado, debutante en esta carrera.
Ahora Alessandra Aguilar quiere compartir su testimonio sobre lo que significa para ella haber corrido en la Gran Manzana al más alto nivel. Eso sí, Aless tiene una espinita clavada que se quiere quitar pronto: participar sin competir, simplemente para disfrutar del ambientazo que hay el primer domingo de Noviembre en la Ciudad que Nunca Duerme.
“Se la recomiendo a todo el mundo. Y eso que me parece de los circuitos más duros, y los últimos kilómetros cuestan. Yo, por ejemplo, cuando participé en 2011, tuve que recurrir a la fuerza mental para no venirme abajo. En la 5th Avenue me fijaba en el Empire State Building, que se ve a lo lejos, y pensaba que ya estaba llegando. Fue increíble, es la maratón que todo el mundo desearía vivir.
Me dejó impactada cómo se vuelca la ciudad
El trato que tienen hacia ti es impresionante. Me dejó impactada cómo se vuelca la ciudad, lo veo con cierta envidia. Es una fiesta, aunque vas concentrada en mantener el ritmo, pero te llega la energía, sobre todo cuando entras en Manhattan. La tarde antes, en la charla previa a los corredores, el director de carrera te avisa para que intentes no dejarte llevar por la emoción. Se te ponen los vellos de punta“.