Rafa Vega
Para mí ha sido la maratón más importante, de las que siempre recordaré. En 2013 cerraba el capítulo internacional de mi carrera. Disfruté durante todo el recorrido, pero no me encontré demasiado bien, sufrí mucho, de las pruebas en las que peor lo he pasado. Pero, a pesar de ello, es de esas maratones que te marcan.
Nueva York es mágica, diferente. Alguien que va allí descubre que es distinta por todo: el ambiente, la ciudad, el espíritu. Al que participa en ella le deja un hueco en su corazón. Es una buena excusa para disfrutar de la ciudad. Me encantaría correrla alguna vez con mi mujer o con mis hijos, es una asignatura que tengo pendiente. Uno de los momentos que siempre recordaré en la Maratón de Nueva York es la llegada de Maickel Melamed a la línea de meta.
Y en 2013, momentos antes de la salida, estar adelante, escuchar el himno te pone la piel de gallina. Siempre forma parte de los retos que hay que hacer, al menos, una vez en la vida”.