El recorrido de la Maratón de Nueva York (1): Staten Island

Analizamos los primeros tres kilómetros de la prueba

El recorrido de la Maratón de Nueva York empieza en el distrito de Staten Island. Lo primero que se encuentran los corredores nada más darse el pistoletazo de salida es el Verrazano-Narrows Bridge. Toma su nombre de Giovanni da Verrazano, el primer europeo que surcó estas aguas allá por 1527. Lo diseñó el ingeniero suizo Othmar H. Ammann, que previamente había construido otros cinco puentes en la ciudad, y se terminó en 1964. Pesa cerca de 1.3 millones de toneladas y tiene 12 carriles, que usan diariamente alrededor de 200.000 vehículos. Pero el día de la maratón está cortado al tráfico y reservado exclusivamente a los corredores. Al estar suspendido, los corredores notan un ligero movimiento, como si se estuvieran balanceando.

Si miras a la derecha verás el Océano Atlántico y, a la izquierda, el Hudson River, la costa de Nueva Jersey y el skyline de Manhattan. Una de las mejores postales de la carrera. Además, los bomberos disparan chorros de agua desde los barcos, formando tres fuentes de color rojo, blanco y azul (la bandera estadounidense). Es algo tan increíble que ninguna cámara podrá captar la grandeza de lo que se ve. Sólo tú, que estás corriendo en ese momento, tendrás la posibilidad de apreciar lo increíble que se está viviendo.

La gente tira aquí la ropa que les sobra. La recogen los voluntarios para donarla a la Goodwill industries. Te entrarán ganas de pararte a recoger guantes o gorros, porque alguna gente se desprende de prendas realmente nuevas. Alguna vez he visto, incluso, ipods.

Todo lo que sube, baja

Salida de la Maratón de Nueva YorkEn su punto más alto el Verrazano está a 83 metros sobre el nivel del mar, el lugar más elevado de la prueba y la cuesta más larga. Pero los corredores están tan excitados en estos instantes que apenas se nota. Lo bueno es que, como todo lo que sube baja, después queda descender el puente.

El Verrazano mide casi una milla (aproximadamente un kilómetro y medio), lo que lo convierte en el puente colgante más largo de América, por delante del Golden Gate de San Francisco. Este primer kilómetro y medio te servirá para tener las primeras sensaciones, tomar el pulso de la carrera y, por supuesto, ir entrando en calor. Al salir del puente, despréndete de la ropa de abrigo, para no sudar más de la cuenta. Brooklyn nos espera.